En este portal, que organiza y comparte los contenidos del “Universo Magdalena”, vas a encontrar una visión particular de la infancia y de todo lo que rodea este mundo. Un abordaje artístico y pedagógico, también incluye la salud y las políticas públicas.

El tesoro del portal es la integración de mundos, de edades, tiempos y espacios, mediante el lenguaje lúdico, musical, y la creatividad como camino. Abrir la puerta para ir a jugar, y compartir con toda la comunidad, a través de foros e intercambios, sumar voces y enriquecer los conocimientos.

Educación, Arte, Salud y Cultura, integradas en un portal, al servicio de los niños y sus familias, educadores, terapeutas y personas cercanas a la infancia.

Vas a encontrar una particular selección, combinación y organización de los elementos que forman parte de estos mundos.

Un espacio para musicalizar aquí y ahora. Reconocer la propia voz y resonar con la voz colectiva. El sonido es un juego y un juguete. Vas a encontrar tramas sonoras, rituales de canciones para la exploración y recursos para músicos, docentes y profesionales vinculados a la infancia. Un camino de la práctica a la teoría, del hacer al análisis, para pensarnos a nosotros mismos en la música con los sentidos abiertos

Lo singular de este portal es precisamente cómo se organizan y comparten estos conocimientos y también la guía para la puesta en práctica: cómo hacerlo en casa, en la escuela, en mi actividad, con mis recursos, reconociendo mi propia voz en este camino.

Hay una sutil curaduría que selecciona figuras y fondos, un oído fino que escucha melodías y las reconoce como algo valioso para ser incluido en la educación y los mundos de infancia. Se suma luego, la combinación de estos elementos, muchos de los cuales ya existían, pero toman una nueva forma a través de la pedagogía Risas de la tierra.

Hay muchos recursos, técnicas, recetas, cancioneros, juegos y voces que inspiran el día a día y crecen como las flores, resonando en una construcción colectiva, con el fin de sintonizarnos en una sinfonía universal.

Vas a encontrar videos, canciones, textos, foros, intercambios, podrás navegar en distintas direcciones, junto a niños y adultos, de diferentes países.
El propósito de este portal es ayudarte a conocer y transitar estos mundos desde distintas ventanas. Se abren horizontes, paisajes, colores y sonidos en cada sendero. Hay caminos que se entrelazan, como la vida, en múltiples vínculos e interacciones.

Es mi deseo que este portal inspire una nueva visión de la infancia y construya puentes, para acompañarnos en la vida, como aliados de un mismo camino, niños y grandes en comunidad, escuela, familia, cultura, salud, plazas, ciudades y la vida misma.

¿Cuál es el sentido de este Portal Web?

Tengo un fuerte compromiso con multiplicar y fortalecer estos conocimientos, por eso los comparto de muchas maneras, a través de videos, mediante conciertos, capacitaciones, charlas, escritos y este portal web.

Soy una mujer profesional dedicada al desarrollo humano, con una particular visión de la infancia que integra arte, educación y salud. Soy portavoz de la música, el juego y la alegría como un derecho de los niños y las niñas. Soy música, Musicoterapeuta, docente, exploradora, aventurera, cocinera y viajera. Me gusta trabajar con otros, en grupo, escucharnos, multiplicar las voces y resonar en la voz colectiva. Me encanta bailar por bailar y jugar por jugar, disfrutar
del presente, aquí y ahora, con grandes y chicos, a puro canto, reconociendo la sonoridad de cada uno como un maravilloso conocimiento que nos encuentra. Soy una apasionada de la vida, de construir mundos bellos, de compartir los tesoros para crecer en un mundo más feliz.
Cuido a los niños y a sus familias, soy consciente de la vulnerabilidad de los más pequeños y tengo un fuerte compromiso para acompañarlos en su crecimiento, con amor, paciencia y escucha, respetando singularidades, procesos y necesidades.
Soy mamá de Vicente y Santiago. Tengo una gran familia cantora, un poco desafinada, pero donde todos participan y tienen un lugar. De allí también vienen mis conocimientos y es la fuente donde brota el canto grupal, entre chicos que corren, tías que organizan, cancioneros, ricos platos en la mesa, mates y tortas improvisadas.

Me dedico desde hace más de treinta años a crear espacios lúdicos y felices, donde la experiencia es participativa y familiar. Esta invitación trae a la luz los conocimientos de todos los que conforman la comunidad, tejiendo una red de herencias compartidas. Encontré un camino para reconocer y desplegar la propia voz, en resonancia con la voz colectiva, mediante el lenguaje musical en toda su grandeza: escucha, sensibilización, rondas, bailes, juegos y cantos de todos los tiempos y culturas. Este es el camino que recorrí durante muchos años, reconociendo esta práctica en el paso a paso, como una particular pedagogía artística, una filosofía en desarrollo, que fue de la riqueza de la experiencia misma a la teoría, de la acción misma al análisis posterior. Durante años fui construyendo equipos, sembrando prácticas, refinando recursos, integrando mundos, dando nuevas formas a los contenidos, con una intención consciente de generar encuentros, poesía, juego, arte y belleza en cada paso.
Descubrí que es en la riqueza de las experiencias vividas, donde brota la semilla del conocimiento y se manifiesta el fruto del aprendizaje, con toda la magia y el misterio que este maravilloso proceso implica.
Esta práctica que primero se desplegó en pequeños mundos, como mi propia casa o las casas de familias y grupitos rodantes, siguió en escuelas, jardines de infantes, centros culturales y otros lugares. Fundé Risas de la Tierra, una escuela que canta y baila. De a poco, floreció lo sembrado y aún ahora, sigue creciendo en nuevos escenarios, con toda la comunidad.

El abordaje artístico pedagógico que llamé “Risas de la Tierra”, incluye todo tipo de destinatarios, sin límite de edad, para niños de 0 a 100 años. Su centro es la educación a través del arte, pero también se dirige a todo tipo de educadores, profesionales de la salud, artistas, distintos tipos de actores, gestores, terapeutas, personas vinculadas a las infancias, entre otros. No es necesario ser músico o instrumentista, ya que el lenguaje multidimensional de la música, es un camino vital que propicia la comunicación y la construcción de la identidad y para ello no hace falta un currículum de partituras o cantar en un coro, sino la disponibilidad, sensibilidad y entrega al juego sonoro musical.
La música es de todos: sonido, vibración en movimiento, voz, palabra, ritmo, cuerpo, mente, espíritu; todo ello resonando en el maravilloso mundo de los sonidos en una sinfonía de pájaros, silencios, bailes y canciones. La voz del presente, aquí y ahora, se hace eco en la voz de los ancestros, en los cantos colectivos, comunitarios, que traen la herencia y los conocimientos de abuelos y antepasados. La cultura está viva en la música, vibra en el tiempo y el espacio. Crea puentes, nos hace sentir bien, enteros en la experiencia, acompañados por otros, que también resuenan en la voz colectiva, mientras vamos descubriendo la propia voz.
De esta manera, mediante el lenguaje musical y los paisajes, colores y sensaciones que se despliegan a través de la música, estamos inmersos en una cultura viva, nutricia, que enriquece los conocimientos y genera permanentes aprendizajes, en un camino de transformación.
Todo esto es afín a la naturaleza de los niños y por lo tanto, es un lenguaje común a los seres humanos. Todos fuimos niños, jugamos de alguna manera, exploramos nuestra voz y corporizamos la música, sentimos la vibración del sonido de nuestro ambiente, escuchamos, nos impregnamos de la voz de nuestros seres queridos y llevamos esto con nosotros, en nuestra más profunda intimidad. No siempre nos damos cuenta, pero aquí hay un tesoro, que  habla de quiénes somos, de nuestra identidad y la de nuestra familia, del entorno. Aunque no lo recordemos o le demos el valor que tiene, allí están en nuestra memoria: Los primeros sonidos en la panza de la mamá, los pulsos y ritmos del cuerpo, latidos de vida, el descubrimiento de la propia voz y el sonido de los seres que nos cuidaron, laleos y jueguitos en el fantástico proceso de comunicarnos con un meta lenguaje de sonidos primordiales, cargados de afecto. Adentro nuestro está el acceso a la palabra musical, a las canciones de la  infancia, rimas, rondas, bailes, gritos, el recuerdo de saltar a puro ritmo, la percusión corporal, tan natural a los niños y todo lo que sigue, enorme, un universo cercano de lenguaje sonoro musical. De esto se trata mi propuesta, de recorrer pedagógicamente este proceso con conciencia e intenciones claras, para despertar y compartir estos conocimientos, sencillamente, porque nos hace felices.
Esta mirada singular de la educación, hizo escuela en Risas de la Tierra, y en todos los grupos que de allí salieron y hoy multiplican este trabajo. Muchos de los maestros que fueron formados en Risas crearon bandas para niños y replican la pedagogía con su propia impronta.
Luego de años de experiencia, la pedagogía que fundé formalmente en el año 2005, se transformó en un referente para muchos educadores, artistas y profesionales de la infancia, tanto en mi país, Argentina, como a nivel internacional. Desde el año 2016 hasta ahora, tal como se hizo en Risas de la Tierra, llevé esta forma de trabajar y de encontrarnos, al CCK, uno de los centros culturales más reconocidos de nuestro país. Las salas del Espacio Infancia se llenaron de rondas, conciertos, bailes y procesiones a puro canto. Celebramos las fiestas cantando por los pasillos del piso. Los talleres de percusión fueron un éxito. Toda una propuesta seria y divertida para compartir en familia, grandes y chicos a la par, a puro juego musical.

Magdalena Fleitas
“La música que nos encuentra”